lunes, 3 de octubre de 2011

Que muera la cultura

El mundo de la cultura se resiente y llora tristemente por el cierre actual o potencial de festival de cine, literatura o música, debido al recorte y retirada de subvenciones públicas. Pues qué quieren que les diga, a mí me da la risa floja, pues entiendo que en un contexto de acuciante crisis económica estos recortes son favorecedores para la CULTURA. Me refiero a la CULTURA, aquella que nace de la necesidad de expresar un anhelo artístico desligado de los corsés de la política y la economía. Como en las fases de la depresión, uno debe tocar fondo, verse a las puertas del infierno y volver a nacer genuinamente, sin esnobismos gafa-pastas y compadreos con el poder porque, amigos, no hay nada más absurdo que hablar de cómo nos constriñe una sociedad que mueve títeres, cuando es un abrirse de piernas para recibir aquello que el titiritero nos quiera ofrecer, y luego casa en la costa y vámonos a Cannes otra vez.

En este sentido, creo que el punk nos va a volver a salvar, como ya lo hizo en los setenta, cuando la feroz crisis del petróleo y la muerte de los valores de la sociedad impulsó la rebelión de una generación sin trabajo ni futuro a cambiar a partir de la negación de un sistema que los quería como se quiere a un aborto, los hijos medianos que gritan fuerte y a su manera. La cultura punk se expandió a través de la creatividad, la cooperación y la rebeldía; fue un ‘do it yourself’; “I wanna be anarchy - rezaban los Sex Pistols – y era the only way to be”.

Fíjense cómo, de un tiempo a esta parte, su legado lo han tomado pequeños grupos locales que parten del irrisorio presupuesto de “lo que tengamos en el bolsillo y réstale un euro para cerveza”, como el festival de cortometrajes que organiza una asociación de jóvenes de Cans (Pontevedra), donde cada local o vivienda puede convertirse en un cine improvisado; o la reciente propuesta de un grupo de creativos valencianos, que transformó un túnel peatonal en una galería de arte. Para los directores del disposable film (película desechable), por ejemplo, lo importante es tener una idea y luego viene la tecnología - un teléfono móvil, una webcam, una cámara digital…-. ¿Cuánto más se necesita para contar una historia?

¿Cuándo ha sido un freno para el artista no tener gran presupuesto? Pero si las mejores obras surgieron de casi mendicantes, bohemias, artistas de tomate en calcetín y onza de vino. Aquellos que bajan el telón amparándose en la falta de apoyo deberían replantearse cuándo dejaron de ser artistas para ser retratistas del Poder; cuándo perdieron la poca creatividad que da el hambre de expresión en pos de la popularidad, que es acomodaticia y de canapé rosa en ceremonias de premios preadjudicados y presentaciones que son el Discreto encanto de la burguesía interpretado por snobs que hablan de Stanislavsky como si aún viviera.

Bienvenidos, todos, a este ‘after after punk’, y que muera la cultura para que nazca otra nueva.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Vete con la metáfora a otra parte

Hace un tiempo que leí un libro de Ted Cohen titulado "Pensar en los otros. Sobre el talento para la metáfora" y debo admitir que me costó entender el capítulo que se refería a las metáforas del yo, que titula: "Uno mismo como uno mismo". Cohen viene a decir que un ejemplo de identificación personal metafórica es imaginarse a uno mismo en un momento futuro actuando de una determinada forma que nada tiene que ver con nosotros, y que yo entiendo debe ser como la manida frase de "ponerse en los zapatos del otro". ¿Cómo me sentiría si me abofetearan el ego como yo lo acabo de hacer? ¿Y si fuese el triste encuestador callejero y no la mujer abominable que soy y que siempre tiene prisa aunque camine a a dos por hora jugueteando con el móvil? Es curioso como cuando uno olvida ser empático, la vida te plantea una serie de situaciones en las que lo hipotético se materializa y es como si levitaras sobre tu yo y el del pobre condenado o el miserable egocéntrico y bastardo que tienes frente a ti, y te vieras siendo ese engreído e imbécil y también ese triste palurdo, y todo en cuestión de días. Hasta que llega un punto que, en previsión de que un alúd de metáforas del yo futurible caigan sobre ti y te conviertas en una de esas mujeres que hablan con sus plantas, decides volverte de nuevo empático, y la sorpresa es.... - rugir de tambores, hoolligans llorones -: Nadie quiere a los empáticos, de hecho, el mundo no está hecho para los empáticos. Es más, las personas empáticas ofenden. Increiblemente te encuentras actuando como te gustaría que actuaran contigo y no sirve de nada, y lo bueno es que lo haces porque piensas que como en Cadena de Favores o una de esas americanadas cuyos protagonistas son energúmenos que un día se vuelven personas honradas, la vida te premiará con comprensivos y sensibles encuentros. Bien, no es así. El ego herido se desangra aunque le tiendas gasas, y aquello de "No sabes cuánto te entiendo..." sólo lo dice quien no entiende nada. Y son la mayoría, creedme, aunque lo peor, lo peor de todo es el silencio. Por eso, hacedme un favor, no seáis empáticos, sed sinceros. A partir de ahora a cada quien que me reproche con motivo le contestaré: "Tienes razón, soy una bruja, ¿ y sabes lo mejor? Me gustaaaaaaaaaaa".

lunes, 19 de septiembre de 2011

El animal jazzístico de Sonny Rollins



Uno de los experiementos de Free Jazz más geniales de la historia.
En East Broadway Run Down (1966) Sonny Rollins regurgita sus fantasmas, se libera de la angustia de un buen puñado de dramas personales a partir de esta locura jazzística. El jazz entronca con aquella parte de nosotros que no está sometida a la razón. Puro Jung sin sintetizador.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Fraseólogo femipopular: Las 2F

1. Una relación de pareja es una relación con una misma en la que a veces Él “pasa por ahí.

C. H. Renegas

2. Los hombres deberían comer más pollo. El pollo está lleno de hormonas femeninas, eso les haría más sensibles y, además, tendrían grandes pechos con los que poder entretenerse. Ergo, viviríamos más tranquilas.
M. I. Lusa

martes, 13 de septiembre de 2011

Amnistía para el Sexual Combat

El ser humano como especie camina hacia su extinción. Antes de que nuestro planeta reviente como un forúnculo mal curado a causa de la contaminación o por el falo armado de dios en traje de corbata, lo hará nuestra incapacidad para comunicarnos. En los años sesenta de la pasada década la escritora Valerie Solanas nos arengaba en su Manifiesto SCUM al exterminio de los hombres por encontrarlos un atajo de retrasados e inseguros con el sexo como único motor de su existencia. Me pregunto si su vano intento por liquidar a esa diva albina de Andy Warhol no fue la preconización de una feminización de los hombres a raíz, dicen ellos, de que nosotras nos volvamos más “hombrunas”, cuando hombruno quiere decir activo, agresivo, falsamente orgulloso de nuestro nuevo papel de ‘cazadora’ de reses copulantes.

Hombres y mujeres somos víctimas de un estado de parálisis psicosocial, fundamentalmente emocional, producto de vivir entre dos morales, la de nuestros abuelos y su concepción de la vida familiar como máxima aspiración del ser humano, y la explosión – nuclear - de libertad sexual vivida a partir de los años setenta. Si bien es cierto que las mujeres estamos sometidas – también a nosotras mismas -, y aún sufrimos graves injusticias, Todos, sin excepción, chapoteamos en un enorme lodazal de dobles morales. El anacrónico ectoplasma de mi abuelita lanzándole ‘ayukens’ al enorme monstruo de vagina dentada de la mujer que ‘folla’ y que pretende ahorcarte con un sujetador si admites que lo que tú quieres es querer y no ‘follar’, que pocos hombres son un consolador, aunque haya algunos a los que no les importe serlo.

Y eso nos lleva al punto en que nos encontramos: un montón de seres muertos de miedo sin querer amar ni tampoco follar, paralizados frente al otro de pura angustia por las culpas viejas o la frívola y tan capitalista idea del utilitarismo aplicado a las personas. Cuando hasta la sinceridad es un problema, el respeto un fortín alrededor de nuestra identidad y el amor, aquello que sólo existe para Neruda y Cameron Díaz.

¿Qué hacer cuando la opción es ‘esquivar’ o hacer ‘SCUM!’ en plena cara?

martes, 31 de mayo de 2011

Arte de trinchera II: Del compromiso social al autobombo

Cada plaza y cada lugar emblemático de las ciudades españolas se han convertido en símbolo de la lucha social y la ‘indignación’ del pueblo, en verdadero motor del cambio. Por fin somos conscientes del poder de las ideas que se materializan y creo, fervientemente, y apelando a cierta inocencia romántica, en futuros cambios políticos y sociales tan profundos que en su misma reforma haya un comienzo, un nuevo sistema de justicia social.

Pero también soy más consciente que nunca de que las buenas ideas son muchas veces eclipsadas por el ruido en el discurso del que ya hablaron estudiosos como Shannon y Weaver, el uso y abuso del grito indignado para un arribismo de peluca, el auto proclamado ‘artista’ que usa el clamor popular con fines oportunistas.

A estos, los charlatanes del discurso vacío, se les llena la boca de leyes que no significan nada. Ocupan la plaza junto a quienes propones ideas reales para un cambio político y se dedican a juzgar con una impunidad vomitiva la forma en que uno debe demostrar su compromiso por nuevo sistema basado en la igualdad y la solidaridad. A estos, los arribistas, quiero hablarles de uno de los primeros puntos del manifiesto de Democracia Real: la no- existencia de buenos y malos credos ni colores políticos. Los indignados somos y nos representamos de diferentes formas, hay múltiples maneras de apoyar la causa: desde una atalaya virtual, a cacerolazo limpio o amparado por una pancarta; uno puedo luchar desde la plaza o desde el lienzo, pero siempre con un sentido.

Mi forma de protesta favorita es la que bebe de la idea y la lleva a la cotidianidad. La mejor forma de presión, la que va de la filosofía una nueva praxis, es siempre comulgar con el ejemplo. Si crees en el libre acceso a la cultura, en una educación pública y universal, en que hay un mejor sistema electoral, en que este capitalismo feroz se nos come, ¿por qué no actúas y te dejas ya de eslóganes? ¿O es que ocupar una baldosa en una plaza basta para producir un cambio? Cuando dices amén a formas de empleo abusivas, nos alejas del cambio; cuando te comportas como un burgués, cuando respiras como un burgués y no dedicas un segundo de tu vida a hacer nada que no engorde tu reputación o tu bolsillo, nos alejas del cambio; cuando abogas por un acceso a la cultura libre pero te guardas tu propia obra para ti, nos alejas del cambio; cuando lo tuyo es puro amiguismo, cuando eres capaz de hacer rodar cabezas inocentes para que la tuya no se despeine, ¿deseas el cambio?
Con todos mis respetos, que se callen Almodóvar y Alejandro Sanz, con su Ley Sinde y sus cuentas en paraísos fiscales, que enmudezcan ‘Los Bienvenidos’ y los periodistas de papel cuché pagados por partidos políticos. El compromiso no va de pelucas, aunque te hagas una cresta con papel maché. Si ya lo dice la canción: “Teatro, lo tuyo es puro teatro…” Y yo en la calle me quedé.

Compra mi libro: www.autobombo.org.

martes, 17 de mayo de 2011

Arte de trinchera

El pasado domingo asistí a un pase de videoarte en un conocido centro de cultura barcelonés y me quedé con la sensación de que, excluyendo un par de piezas interesantes en las que el mensaje golpea como un bofetón a nuestras retinas, la mayoría era pura estética, un ejercicio de virtuosismo fílmico con muchas vergas en colores llamativos, eso sí, pero totalmente vacío. El paraguas que albergaba el programa era la creación de universos fílmicos perturbadores, aunque a la mayor parte del auditorio – cuatro de cinco que éramos, sin contar programadores – no nos perturbó ni el sueño o estaba, como el amor, en otra parte, porque en la tanda de preguntas hubo más silencio que en una pieza de John Cage. Nada qué decir, porque nada fue dicho antes.


Si este fuera un incidente aislado no merecería atención, pero es cada vez más frecuente que el arte, enfermo de mercantilización y notoriedad, sea puro eco en pozo vacío, por mucho que los románticos del nonsense, aquellos que dicen que crean para sí mismos, defiendan el arte por el arte – aun cuando quieren ser vistos y también comprados, que es igual a ser queridos -. Han olvidado, o tal vez nunca lo han sabido, que un artista que trabaja sobre los grandes problemas que nos atañen a todos es una suerte de revulsivo social, hace cambiar consciencia, ayuda al avance.

Para

martes, 22 de marzo de 2011

El testículo perdido de Hitler

Italia celebra su 150 cumpleaños como estado moderno y aún en los medios de comunicación resuenan los ecos manchados y marchitos de las correrías sexuales de Berlusconi. Y yo no puedo evitar pensar en Silvio e imaginarme su modo de gobierno como una suerte de remake del Amarcord de Fellini, y a Berlusconi convertido en un niño grande de pueblo perdido entre los enormes pechos de una estanquera-patria-madre italiana. Y tampoco puedo evitarlo –créanme que lo intento-, ver cierta lógica entre los hábitos sexuales y los gastronómicos, entre los hábitos sexuales, repito, y la forma de conducir un país. Y cuanto más lo pienso, más me acerco; y de repente, llega Nigel Cawthorne con su Sex Lives on the Great Dictators
y las preguntas absurdas se suceden con una lógica aplastante.

¿Estamos tan a merced de locos desnaturalizados como lo estamos de los desvaríos de la naturaleza? ¿En qué grado somos víctimas de las infantiles frustraciones de quienes nos gobiernan, de sus pataleos, de sus disfunciones eréctiles, del poder y el sexo jugando a hacer pulsos en los que pierde el que nunca juega, que somos nosotros? Adolf Hitler perdió un testículo durante la Primera Guerra Mundial y se obsesionó con engendrar una raza perfecta de albinos musculados y rubias valkirias. La idea de sometimiento, de anexión, de creación, en suma, de una enorme nación aria allá donde su escroto perdido no daba más de sí. Decía mi amigo, el antropólogo, que el sexo es siempre una guerra, una lucha de poderes. De la misma forma, lo que no se pueda arreglar en la cama, habrá que bombardearlo, que anexionarlo, que tomarlo por la fuerza y coronarlo con la “erección” de monumentos, de grandes mausoleos.

Para muestra, una bragueta: Mussolini presumía de tener 14 amantes y sexo violento con cada una de ellas ¿Habrá todavía alguna italiana casi centenaria con sus dientes marcados en las nalgas? O al menos eso insinuaba su amante Claretta Petacci en sus diarios. Stalin prefería el culo de una botella al trasero de una mujer, y Mao descubrió a los sesenta años que no todo el mundo tenía un testículo encogido y que era, como él mismo le dijo a su médico, un eunuco. La esposa del dictador rumano Nicolae Ceausescu se quejaba de ser mucho más ardiente que su marido; y el rey Fahd de Arabia Saudí utilizó toda su vida el sexo y la fertilidad como instrumento político, acordando matrimonios para unificar las treinta tribus – claro que viniendo de una familia de treinta y seis hijos, quizás fuera lo más natural - ¿Y quién no recuerda al caudillo de la República Dominicana, el general Trujillo, de quien explica Vargas Llosa que lo llamaban el Chivo porque era “un gran fornicador”? Y que en el virulento final de su ‘gobierno’ hubo de verse con problemas de próstata a los que se le sumó la rebelión de su pueblo; y una ya no sabe qué es lo que más le dolió, si la próstata o el pueblo, o eran para él ambos la misma cosa.

Hay situaciones que se no pueden evitar, como que un buen día los chuzos caigan de punta y a nosotros nos pille en la calle y sin paraguas, como que la tierra se resquebraje una mañana bajo nuestros pies. Pero en lo que concierne a nuestros derechos, al tipo de país en que queremos vivir y a quienes escogemos para que enarbolen la bandera, son nuestro propio deseo y nuestra propia voluntad los que deciden cuándo abrirnos de piernas, que en la vida no basta con apretar gatillos y de los ‘gatillazos’, mejor no hablemos.

Clicar AQUÍ para ir a artículo original publicado en Cadáver Exquisito diario Siglo XXI 22.03.2011.

domingo, 6 de febrero de 2011

El estilita visita Groenlandia

La revista de literatura Groenlandia acaba de publicar uno de mis cuentos veteranos: El Estilita.
Una reflexión sobre los peligros del excesivo existencialismo, también sobre la creencia en la existencia de Dios y sobre estar subido en "una caja de cables en el punto más alto del Empire State Building" y dejarse mecer por el soplo del aire - inconsistencia, ausencia de sentido-.

http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/groenlandia_diez_revista

martes, 1 de febrero de 2011

Susan Meiselas y las ferias de strippers


Era la primera vez que había visto una mujer desnuda y sólo recordaba sus piernas. - Eh, Tim, ¿has visto qué tetas -, el pequeño de los O’Hara le palmeó la espalda. Tim asintió con la mirada extraviada y la boca seca; en realidad no se había atrevido a deslizar los ojos hacia arriba. Hay piernas que merecen un respeto.

Dice Susan Sontag que una única fotografía no puede explicar una historia, porque toda historia implica un proceso, un desarrollo en el tiempo. Lamento contradecirla – no, realmente me gusta -, pero a Sontag le faltó la imaginación suficiente para observar fotografías como leyéndolas, porque hay algunas instantáneas que explican toda una vida, cuyos personajes parecen salirse del papel satinado, mirarte fijamente y decirte “¿Te das cuenta de lo que está pasando?”. Eso justamente fue lo que me ocurrió cuando conocí la obra de la fotógrafa de Magnum Susan Meiselas.

El que fue su primer trabajo como fotógrafa, Carnival Strippers, se exponía hasta el pasado fin de semana en el Espai Virreina de Barcelona. Un recorrido por la América profunda de principios de los setenta y sus ferias ambulantes de ‘exotics’, que eran verdaderos circos ‘kitsch’ de mujeres desnudas que se ofrecían en una tarima para deleite de los granjeros y paletos locales, mientras el presentador, algún tipo al que debían llamar Big Daddy o algo por el estilo, lanzaba comentarios no poco ofensivos sobre las rotundas curvas de estas “ovejas descarriadas”, que diría el reverendo.

Unas imágenes que no enjuician y simplemente recogen el testimonio sus testimonios, en escena y en el camerino; desnudas, fumando a la espera de que la cortina se abra o hundidas en la bañera de algún motel de carretera. Las mujeres también hablan para Meiselas, sus voces quedan registradas y nos muestran la disparidad de versiones de quien explica que se siente explotada o quien cuenta cómo y cuándo llegó a la feria y que aquella es su única familia. Y a mí este trabajo, que supuso la entrada de Susan en la agencia Magnum en una época en la que ser mujer y fotógrafa es como ser mujer y política en un país islámico, me permitió por un momento viajar en el tiempo a una época de contradicciones - no tan alejada de la nuestra, si lo pensamos bien - en que mientras las abanderadas del feminismo clamaban por el derecho de la mujer, en los pueblos se mercadeaba con la carne y se las separaba entre las mujeres decentes y la de las blancas nalgas, sí, la fulanas de la tarima.

Carnival Strippers, al igual que los trabajos de Meiselas sobre la revolución nicaragüense o sobre los asesinatos de la guerra civil en el Salvador o la corrupción y miseria de la Latinoamérica de los 80’, nos hace revivir el drama in situ; son imágenes que laten, que te transportan. ¿Qué una fotografía aislada no dice nada? Eso no es cierto. Carnival Strippers recoge muchos retratos, tantos como historias cuenta cada uno de ellos. Por eso y porque a veces vale más una imagen que mil palabras, reivindico el papel totalizador de la fotografía. ¿No es acaso nuestra vida una suma de instantes irrepetibles?

Publicado en Cadáver Exquisito diario Siglo XXI. 01/02/2011

martes, 18 de enero de 2011

Shhhhhh!

Hace una semana me descubrí en un bar de copas sentada junto a dos personas que no decían absolutamente nada. El común de los mortales tendemos a angustiarnos en este tipo de situaciones. Yo incluso llegué a pensar que si volvía a quedar con ellos – cosa bastante difícil -, me prepararía antes un tarjetón con preguntas del tipo “Cuál es tu color favorito o qué opinas sobre el hambre en el tercer mundo”. En Occidente el silencio nos es profundamente incómodo, desasosegante, mientras que los orientales, por ejemplo, aprovechan el mutismo para meditar sobre el roel de agua que deja el botellín de cerveza en la mesa o aquella mosca que pasa volando y ¡zas!, la cazan con unos palillos.

Esta semana hilvano palabras para “hablar” sobre el silencio, una paradoja increíblemente certera, pues a veces el silencio habla a gritos y también a veces las palabras son huecas. Para el compositor John Cage no hay manera de experimentar el silencio si uno está vivo - ¡paradoja!-, si no lo estás como vas escucharlo entonces… Claro que el teórico musical lo definía como abandono de la intención de oír y para mostrarnos este abandono grabó una pieza en la que un pianista se sentaba junto a un piano durante 4’33’’ sin tocar una sola tecla. Luego, John, también el silencio es el abandono de la intención de ruido… ¿O es que en el silencio podemos escuchar el susurro inaudible de algún arcano secreto? Porque es el silencio la morada de los secretos.

De lo que no cabe duda es que existe, pues sino cómo es posible pensar en ello. De hecho, los místicos del Medievo y también los poetas, que son los grandes entendidos en silencio, cuando escribían sobre lo inefable, cuando creaban palabras para contar lo que nadie antes había dicho, estaban también hablando del silencio. Sólo que entonces ya no era silencio, era el wikileaks de aquel tiempo.

Imaginen el discurso insustancial de un mitin político, promesas vacías, ruidos que rompen en aplausos que rompen en ruido de nuevo - ¿qué demonios es lo que ha dicho?- Ahora imaginen cinco minutos de silencioso mutismo en el Congreso. Terrorífico, ¿no les parece? Como la paz que precede a un tsunami o como mi amiga Laura, que cada vez que ve un mimo en las Ramblas de Barcelona sale corriendo. A mí me ocurre los mismo con el debate televisado del Estado de la Nación, le bajo el volumen a la tele y tiemblo. Cuántos más sentidos oculta el silencio.

Lo poesía siempre ha buscado fórmulas de describir el silencio por medio de imágenes. Para Mallarmé el silencio tenía voz propia. Decía el poeta que el blanco de la página afectaba a las palabras mismas hasta incluso devorarlas y así plasma el vacío magistralmente en su Coup de dés, donde el silencio de la página en blanco simboliza las infinitas posibilidades de la escritura cuya concreción es puro azar.

El silencio más significativo de los últimos tiempos es una silla vacía. La presente ausencia del Novel de la Paz, el disidente chino Liu Xiaobo, durante la entrega del premio es la mejor prueba de que el silencio tiene voz, una voz desgarradora, pero una voz, al fin y al cabo, que nadie podrá callar nunca, porque preexiste a la palabra y es símbolo de lucha por las libertades y símbolo también de la verdad que siempre acaba pujando por salir por mucho que haya quien pretenda amordazarla.

También el silencio que habla a gritos en la censura, en el exilio de innumerables intelectuales cuyas ideas se vigorizan, se vuelven ideal en el obligado mutismo. Los que ayer hubieron de hablar en la distancia (Pio Baroja, Jorge Guillén, Alberti, Pedro Salinas, Antonio Machado, Max Aub, José Lezama Lima, Virgilio Piñera…); los que hoy callan a gritos sin poder volver a su propia casa (Rolando Sánchez Mejías, Zoe Valdés, Gao Xingjian, Huang Xiang…).

En conclusión, el silencio es                 . Y a veces también                        , aunque la mayoría del tiempo pensamos que es                       . Y esto es lo único incuestionable que se puede decir de él.

Columna Cadáver Exquisito publicada en el Diario Siglo XXI (18-01-2011)

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/65710/shhhhh

martes, 4 de enero de 2011

Literatura, porno y blanca Navidad

¿No se te ocurre que libro regalar a tu querido amigo/hijo/padre lector? Si eres de los que suele comprar cualquier cosa con tapas duras, lo tienes bastante crudo. Pasa de Falcones y regala pornografía... Al menos, les sorprenderás...  Primera columna Cadáver Exquisito del año en Siglo XXI.
Feliz y pervertido 2011!!!
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/65101/literatura-porno-y-una-blanca-navidad